sábado, 8 de noviembre de 2008

Más allá del “negro” Obama


Buena parte de la prensa mundial ha enfocado el triunfo de Obama a partir de su origen como afrodescendiente. “Ganó el negro”, tituló un medio local costarricense. Otro “Ganó Obama”. Uno más dijo algo así como “Estados Unidos elige primer presidente negro”.


¿Si hubiera ganado McCain hubiera sido “Ganó el blanco” o “Ganó el viejo” o con lenguaje políticamente correcto: “Ganó el adulto mayor de origen étnico europeo”?


¡Claro que es noticia que Obama sea afrodescendiente pero ese enfoque noticioso debe ser superado! ¿Recordará usted por ejemplo allá por mayo del 2006 cuando la prensa costarricense hablaba solo del diputado ciego?


Ahorita es noticia el origen étnico de Obama porque es la primera vez que una persona de papá africano y mamá estadounidense llega a la Presidencia de EE.UU., un país donde la mayoría es gente tiene orígenes étnicos europeos.


Segundo también es noticia para países como el nuestro donde los afrodescendientes han estado al margen de la toma de decisiones públicas. Estados Unidos ahora es un buen referente para promover la participación política de gente afrodescendiente y eso hay que celebrarlo. Pero no debemos quedarnos en ese hecho con un enfoque cosmético o exótico.
La prensa debe dar seguimiento a políticas públicas que alienten los liderazgos de personas afrodescendientes desde la sociedad civil, las instituciones públicas, los partidos políticos y las comunidades. Esas políticas públicas también deben llenar el bache histórico de discriminación.


Ahora lo importante es ir más allá del “negro” Obama, como nos dice de manera simplista la prensa. El origen étnico no es razón suficiente para enfocar una noticia y quedarse solo con eso. Digo, ¿Cuándo se ha hecho visible el origen europeo de Bush o de Arias?
Ahorita el origen étnico de Obama es importante solo por la coyuntura. Tan importante que muchos lloramos de felicidad cuando a las 11 pm, hora estadounidense, las cadenas noticiosas proyectaron que Obama será el Presidente 44 de Estados Unidos.


Cuando los comunicadores - católicos, de origen europeo, heterosexuales, con carro propio , educación universitaria y del valle central – no se sorprendan porque una mujer indígena sea diputada, una persona migrante gane el Nóbel de física o un profesional con alguna discapacidad sea Papa sin tilde, la tarea de la inclusión y la prensa estará casi hecha.