martes, 16 de febrero de 2010

Herencias de la campaña 2010


La campaña política que recién pasó me dejó varias herencias. Ahora estoy metido en FaceBook. Lo hice cuando Ottón abrió su perfil y me vi obligado a monitorearlo. Antes me había negado a hacerlo porque no me gustaba tanta exposición pública. Ahora hasta me gusta eso de “feisbukiar”: subir fotos y hacer comentarios bombetas. Es decir, la campaña me volvió más sociable.
También cambié la perspectiva que tenía de muchas personas. En mi papel de periodista laborando en medios de comunicación años atrás, tuve encontronazos con gente que se unió a la candidatura de Ottón. Nunca me hubiera planteado que llegara a desarrollar sentimientos tan positivos hacia gente que jamás me hubiera acercado si no hubiera sido por la pasión politiquera en común. Es decir, la campaña me volvió más sensible y me enseñó que en el mundo hay grises jamás extremos como uno a veces piensa.
Además, me di cuenta de las buenas voluntades de los colegas al momento de cubrir a Ottón. Hay gente de medios adversos a la candidatura de Ottón que abiertamente me manifestaron su voluntad de que Ottón ganara. Más allá que la afinidad política conmigo, lo importante es ratificar mi tesis de que los medios no son catedrales impenetrables: hay diversidad de criterios, pulsos a lo interno y pasiones politiqueras casi idénticas a las que yo sentí viendo los toros desde adentro. Es decir, soy más comprensivo del quehacer interno (impredecible a veces) de las redacciones periodísticas.
Pero también me di cuenta también de que otros colegas ni chistaron ante mis solicitudes de balances. Me di cuenta que alguna gente evade los conflictos, prefiere no comprarse broncas y no abandonar sus cojines de confort. Esto es comprensible también. Vale la pena tomar nota sin ningún tipo de rencor. Tal vez solo con un poquito de frustración profesional.

martes, 9 de febrero de 2010

"Campaña electoral 2010, prensa y democracia"


Así de cajoneras y de pegaditas, las palabras “prensa”, “campaña política” y “democracia” no siempre siguieron la misma ruta en las elecciones que recién pasaron en Costa Rica.
Se parte del supuesto argumentativo de que la prensa es un canal para hacer valer la democracia durante una campaña política. ¿Por qué digo que esas palabras no siguieron la misma ruta en las elecciones del domingo 7 de febrero?

1.La cobertura de contenidos, ideas y propuestas llegó tarde, solo en la últimas semanas la prensa volvió los ojos hacia las candidaturas. Es decir, no tiene sentido una campaña de 4 meses en la que los medios solo cubren el final.

2.Los debates televisados fueron igualmente al final. Debieron empezar en octubre, mes cuando arrancó la campaña. O cortamos la campaña, o hacemos debates de altura como lo solicitó Ottón Solís personalmente a las direcciones noticiosas de los canales más vistos desde meses atrás. Hubo más de 20 debates pero la ciudadanía solo se enteró de dos a finales de enero: el del 7 y el del 6. Por cierto, Ottón atendió todos.

3.La propaganda pagada y despilfarradora de algunos partidos le ganó la batalla a las informaciones periodísticas.

4.Hubo desbalances: Repretel solo transmitió en vivo el último “festival” de la candidata oficialista, usó varias cámaras y puso a trabajar varios colegas. Dejó por fuera el “rally” libertario y el cuarentavo Encuentro Ciudadano de Ottón. Lo que se cuenta en vivo se recibe como si fuera “más importante” que lo que se transmite de manera pregrabada. Además, la noche antes de la elección Repretel no sacó al aire una entrevista de Ottón desde el Parque de San Isidro de El General, tal como estaba planeado. Alegaron problemas técnicos. Sin embargo, la ciudadanía debe saber que una persona que se identificó como delegada del Tribunal amenazó al personal técnico y periodístico de que si entrevistaban a Ottón se rompería la tregua, lo cual era falso ya que una cosa es la noticia y otra la propaganda. El día de la elección fueron frecuentes los pases en vivo a las actividades del oficialismo en detrimento del resto. Por ejemplo, Canal 7 transmitió en vivo el voto del Presidente Arias y no el del Expresidente Monge, acompañado de tres candidatos presidenciales. Ayúdeme usted a enlistar más desbalances periodísticos.

5.Las benditas-malditas encuestas marcaron el orden en que se mencionaban los candidatos hasta en las noticias, lo que genera, valida, reitera y machaca las percepciones ganador-perdedor que construye la misma prensa. Por ejemplo, varios productos periodísticos como PROA de La Nación asignaron espacios, según las encuestas. Es decir, la candidata oficialista tuvo más páginas, luego el libertario y finalmente Ottón… Ya sabemos que las urnas no reflejaron ese orden. Sólo La República marcó sistemáticamente el crecimiento de la candidatura de Ottón.

6.Los enfoques lights abundaron: ropa de los candidatos, “curiosidades”, adhesiones de futbolistas, sorbitos de birra, novias, astrólogos. Está bien que existan estas superficialidades, siempre y cuando hubieran más contenidos de fondo realmente investigativos. Sin duda, La Nación hizo un buen esfuerzo por evidenciar el origen de la plata libertaria. Pronto vendrán las investigaciones sobre los orígenes del financiamiento del resto y anuncio sorpresas.

Hubo buenas voluntades de colegas por hacer noticias balanceadas. De eso no hay duda. Pero también hubo líneas de mando, cambios de enfoque cuando el producto periodístico ya avanzaba en las redacciones de los medios... Las cosas que siempre pasan y siempre se ocultan bajo el manto de la “objetividad periodística". Para documentar esto, se reciben historias e historietas de ahora en adelante...

jueves, 4 de febrero de 2010

Desbalance en vivo


Sorprende que Repretel Canal 6 dedicara parte de su programación dominical a transmitir en vivo solamente el cierre de campaña de la candidata oficialista Laura Chinchilla en detrimento de una cobertura similar para las actividades de otros partidos políticos.

El despliegue de esa transmisión del domingo 31 de enero mediante el uso de grúas, varias cámaras y periodistas refleja el interés planificado de la televisora en la cobertura del evento. Es decir, no fue algo casual ni espontáneo.

El medio de comunicación afortunadamente es independiente de tomar ese tipo de decisiones pero la ciudadanía merece explicaciones porque los medios en teoría deben cumplir una función social de informar y de informar balanceadamente cuando de elecciones nacionales se trata.

Bajo el lenguaje televisivo, una persona sentada frente al aparato asume que una transmisión en vivo es algo muy importante, casi extraordinario, en relación con una información previamente grabada. Si esa transmisión es muy extensa, como lo fue, la percepción del mensaje es aún más abrumadora.

¿Cuál es el criterio periodístico para cubrir en vivo el “festival” del oficialismo sin darle el mismo trato a las otras actividades partidarias? ¿Cuál es el valor noticioso de esa transmisión en relación con las manifestaciones proselitistas de otras agrupaciones: la cantidad de buses pagados, lo estruendoso del evento, el costo de la organización para las finanzas públicas, los millonarios contratos con los cantantes?

Por ejemplo, ¿Vale más, desde el punto de vista informativo, el “festival” musical de Laura Chinchilla que los centenares de preguntas y respuestas entre Ottón Solís y la gente en más de 40 Encuentros Ciudadanos en casi la mitad de los cantones de Costa Rica? ¿Vale más el “festival” musical de Laura Chinchilla que el “rally” del candidato libertario?

La presencia mediática de la campaña política podría ser importante para que usted decida en la intimidad de la urna el próximo 7 de febrero. Por eso, no se deje engañar por la publicidad abrumadora ni ahora tampoco por las selectivas transmisiones en vivo. Siéntase dueño de su cédula y vote informado.