miércoles, 2 de diciembre de 2015

Superemos el odio al entretenimiento y la arrogante visión de “educar a la gente”

Charla de Omar Rincón a productores de los medios universitarios  el 3 de diciembre 2015 en el estudio del Canal UCR


Este colombiano sabe de medios públicos y tiene algunos  consejos útiles.
En la parte del diagnóstico, Rincón dice que no hay modelo de gestión pública de medios en América Latina. Argentina ha hecho algo y tiene canales específicos (niñez, cultura) de carácter público. Pero son medios públicos pero sin público.

Como parte de su receta, Rincón invita a superar el odio por el entretenimiento porque  el entretenimiento no es “pecado”. Además, los medios públicos deben dejar de lado esa visión arrogante de que “nosotros tenemos que educar a la gente”.
A pesar de todo eso, los medios públicos son necesarios pues son los únicos que tienen narrativas únicas como las diversidades culturales y étnicas .

Rincón recuerda a los medios jurásicos  (son un gran dinosaurio y se trata de la prensa escrita). Son un aparato que solo  importa a la élite “ilustrada”. "Si el gobierno dejara de leerlos, nada pasa" pero igualmente recuerda que en la  TV, la gente no ve nada, solo cómo se actúa. La televisión es un gesto. Nadie sabe que uno dice cuando sale en TV, sino solo cómo se dice… Cuantos más gestos, más impacto hay.

¿Por dónde va el futuro?

El concepto de PLATAFORMA es estratégico. Uno entra y ve toda la producción de la radio o la TV. Hay que dejar la visión de la página web y pensar en plataformas….que haya un espacio por ejemplo al prender un TV que diga “medios públicos”. You Tube ha revolucionado todo y  lo único que importa es que el MENSAJE tenga potencia, no la calidad técnica. Acabó con la lógica escolar de 8 a 9 matemáticas y de 10 a 11, español. La gente consume todo a cualquier hora. Hay que tener un flujo, ya los tiempos tradicionales de los programas no tienen sentido
Es importante el HUMOR.
Cada uno somos programadores…Ya el puesto de programador tiende a desaparecer en las televisoras...
El futuro son los medios públicos. ¿Por qué? Porque atienden públicos que nadie más atiende. Responden a las agendas transversales que ya no cubren por los medios tradicionales. Son agendas de avanzada que compiten con la sangre y  el semen, la farándula y  los deportes de los que solo hablan los medios comerciales….
Además, en los medios públicos es posible EXPERIMENTAR, tarea fundamental de las universidades públicas

Los chicles de Rincón

Rincón habla de sus chicles (me imagino los que masca y masca cuando hace conferencias  e intenta pergarlos en sus audiencias)

UNO. La ciudadanía célebre…más ciudadanos en pantalla de TV o en las parrillas  de Radio. Y eso es barato. “Televisión a domicilio” en la que hasta los feos tienen derecho a la televisión.  La ciudadanía es la estrella de la radio, de la TV. Hay que celebrar el ego de la gente.

DOS. Las culturas bastardas. Estamos llenos de purezas, pero hay que asumir la bastardía. Ser impuro, ser sucio. Hay padres estéticos y culturales. Uno ha bebido de Hollywood y no puede odiarlo, uno ha bebido  algo de rancheras. Aunque uno odie a Ricardo Arjona, después le gusta con  unos tragos. Uno mezcla de muchos lados. Hay muchos padres y una sola madre: lo local. Ser universal es mezclar desde lo local. El humor, la grasita de acá, esa mezclita es lo importa.

TRES. Narrativa remix. Ninguna pureza...Mezclar las narrativas. Puede haber hasta reality de ópera y danza clásica.

Hoy  el mundo pasó de ser una audiencia de consumo de masas a una audiencia expresiva de masas…. La lucha es por la enunciación del mensaje… El mensaje debe ser distinto, si no estaremos perdidos y no se puede hacer nada.


viernes, 20 de noviembre de 2015

Lecciones de un alma

Hemlata dice ser un alma, así no más. No hace falta que digan que es médica ni que dirige a los Brahma Kumaris en Trinidad y otros países caribeños. Ni su nombre hace falta. Aunque nació en India, ella se identifica más con el universo.


Tomando el riesgo de no decirlo bien, aquí están los apuntes sobre sus enseñanzas.
Si me hubieran presentado solo como un alma, ustedes se hubieran reído”. Hay una fijación por lo externo: donde nació, que estudió, donde vive. Yo soy la imagen de la felicidad, del amor. Pero, ¿Por qué no lo experimentamos?  Yo soy la energía espiritual para usar este cuerpo físico… pero empezamos identificándonos solo con el cuerpo: “soy mamá, soy hermana, soy médico”. No podemos presentarnos así. En realidad, soy un alma pero nos presentamos con extensiones y no con lo que realmente somos.

     Nos relacionamos por lo que hablamos, escuchamos; es decir, por los sentidos, pero la mejor forma sería vivir de adentro hacia afuera.

      Practicar el silencio, nos permite conectarnos con nosotros mismos, con nuestra energía espiritual.

       Hay algo más allá que este cuerpo y es el alma.  

      Cuando se maneja un carro, hay una relación entre el conductor y el carro. Se controla el carro. Soy el dueño y el controlador del carro pero si no somos conscientes de eso, puede haber un accidente. ¿Estamos manejando el carro de nuestra vida o andamos cometiendo accidentes?

      Yo soy la energía espiritual. Esa alma soy yo. Ese cuerpo es mío. Esta consciencia es fundamental para explorar los tesoros internos. Todos tenemos esa energía

     Hay dos palabras diarias que andan dando vueltas: “Yo” y “lo mío”. Pero no vemos las relaciones entre ambas. El alma es el operador  y la computadora es el cerebro, incluso el cerebro requiere de programas para trabajar. Entonces, ¿Quién piensa: el cerebro o el alma? ¿Quién decide? Es el alma, no es el cerebro. Esa es la energía espiritual. Lo que pensamos, lo que decimos son poderes espirituales, no físicos.

      Queremos paz, pureza, y rezamos en las iglesias, y Dios dice: “Ya te he dado todo, incluso antes que entrar a este mundo”. Dios, sea lo que sea, ha dado todas las cualidades. ¡Inviértalas y multiplíquelas!

         Cuando puedo desarrollar las cosas dentro de mí, puedo desarrollar relación con los demás y con el creador. Así puedo direccionar la energía.

           Somos la más elevada obra de la creación y hay creador que hemos llamado Dios. Al ser, nosotros la más elevada creación, podemos comunicarnos hacia arriba y con los otros. Esa conexión con la gente es el más grande regalo de Dios. Somos responsables para toda la creación de ese enorme regalo.

         Si te doy una flor bonita, ¿Usted la toma? Si vengo con basura hedionda, ¿Usted la toma? Si  causo sufrimiento a los demás,  moriré de sufrimiento. Pero  lo más importante es ser consciente de que si yo tomo el sufrimiento que me da otra persona, también  moriré de sufrimiento. Porque lo que sentimos, lo que pensamos y lo que escogemos es nuestra responsabilidad. No podemos decir: “Yo me siento herido debido a…” porque cada uno es responsable de los propios sentimientos.

        Hay personas que se hieren a diario unas con otras. Al final de sus vidas, piden perdón. Pero ese debe ser un ejercicio diario interno. No hay que andarlo diciendo: “te pido perdón”, “te pido perdón”. Se hace a través de la meditación. No es otra cosa que desear algo bueno de a esa persona.

            Mucha gente habla con enojo y si se toma, ese enojo es un veneno silencioso. El que da sufrimiento, tiene 40% de pecado pero el que lo toma tiene el 60% de la culpa. Y eso provoca estrés, depresión, cánceres. Perdón es la solución.

      ¿De dónde nació el miedo? Cuando uno se apega a las personas en el nombre del amor, a los animales a las cosas materiales, ahí empieza a haber miedo. Todo lo que tenemos, veámoslo como un regalo de Dios. No apegarse, usarlo como un regalo para que  no se genere el miedo.

      Amor es algo interno y debe ser expresado en las formas físicas. Pero decir: ¿No sé qué hacer sin ti? Es una sensación de miedo, miedo a perder…y la calidad de la vida se pierde. Si yo no poseo nada, no pierdo nada. Todo es de Dios yo solo lo uso, pero no soy dueño.

      Hay tres pasos para perdonar. Primero,  perdonarnos a nosotros mismos porque no lidié con una persona como debí hacerlo… No fui lo suficientemente fuerte. Segundo, perdonarse con Dios porque cometí un error. Tercero, perdonarse con la persona. ¿Cómo? Deseándole lo mejor para su vida. Luego,  uno se siente feliz, tan feliz, que tiene el sentimiento de bailar y cantar

(Fotografía de Guisele Mora de las Radioemisoras UCR)

sábado, 29 de agosto de 2015

Eso que llaman revolución

Un viaje por las casas de los cubanos, convertidas ahora en hostales.

Lo criaron del 59 para acá. Se escapaba a pescar al Puerto Casilda y  disfrutaba corretiando en un hospital vecino a la casa de su abuela, una afrocubana espiritista que lo crió. Ahora, junto a su esposa, tienen un hostal para extranjeros en Trinidad, la ciudad colonial mejor conservada de la Isla.

Él se llama “revolucionario” a sí mismo y se siente orgulloso pero no duda también en criticar, moderadamente a veces, y discretamente siempre al gobierno cuando, según él,  “no deja trabajar a los hosteleros”, el sector más pujante de éste que fue un enclave azucarero con mano de obra esclava siglos atrás.
Nuestro amigo  tampoco tiene reparo para reírse de su cuñada que no  hace ni un año se fue Estados Unidos y cuando regresa a Cuba se queja de los ventiladores tan poco sofisticados que venden en la Isla en comparación con los de La Florida. “Coño, vivió más de medio siglo acá. ¡Cuando regresa ya no le gustan ni los ventiladores de Cuba!”, se ríe a carcajadas. Como la mayoría de cubanos,   brilla por su chispa.
Quienes están vinculados al turismo - la industria que crece y más reparte  desde Pinar del Río al este de la Isla, hasta Guantánamo, la provincia más oriental - tienen el chance de hacer mejoras en sus casas: pintar fachadas, poner agua caliente, cambiar los inodoros, tirar una “placa” (en términos ticos, un “planché” para seguir construyendo).
En Cuba es común desde mediados de los noventas que los cubanos alquilen en sus casas al menos uno de los cuartos.
Las tarifas rondan los 25 “ce u ces”, como le llaman los cubanos, que para nosotros los extranjeros resulta más fácil decirles “cucs”. Es la moneda covertible. En marzo del 2015 se cambiaba casi taco a taco con el euro.
Los nacionales que reciben “cucs”, también gastan en “cucs” por bienes y servicios que solo se consiguen a precios de “cucs” y que abismalmente se diferencian del tradicional peso cubano. Un “cuc” representa 25 pesos cubanos que sabiendo donde consumirlos, alcanzan para un buen libro, ir al cine y hasta comerse un helado.

Creatividad ante las carencias

Recuerda, este hostelero trinitario, que cuando el negocio arrancaba y el control arreciaba, era común que ellos corrieran a  esconder  las langostas que acaban de servir a sus comensales al momento que alguien inesperadamente les tocaba a la puerta.  Por supuesto,  ingleses y alemanes se quedaban boquiabiertos de esa estampa de los inicios de la hostelería cubana.
Dice que también al inicio, sufrían por la falta de agua (¡Y todavía aún deben contratar cisternas!) pero que  resolvían la falta del líquido echando baldes de agua a un tanque de captación justo cuando se enteraban que los turistas abrían la ducha. Recuerda también las madrugadas que pasaron en el corredor de la casa de en frente pues él y su esposa, habían rentado su propio cuarto.
Por cada habitación dedicada al turismo, el gobierno recibe un equivalente cercano a unos 50.000 colones más un porcentaje que ronda el 10% de los ingresos mensuales.
Cuando uno llega a la casa-hostal, lo primero que hacen los anfitriones es pedirnos el pasaporte para llenar la información que ellos mismos también deben facilitar a las autoridades de migración.  
Al Oriente, Santiago – la cuna del son cubano y  el cementerio de los héroes nacionales- nos recibe en  la casa de una profesional de medicina. Su esposo, doctor en física, investiga una salida a una enfermedad propia de África. Ambos  han  combinado sus sofisticados conocimientos académicos con la atención a los turistas.
 “¿Pescado, camarones o langosta para la cena?”, dice ella para ofrecer un servicio adicional con el que puede redondearse aún más la estadía de sus visitantes. Unas chuletonas de pescado bañadas con una salsa de tomate fresco  y acompañadas de los infaltables “chatinos” (patacones) resultaron para chuparse los dedos.

Salud, educación y religión

Ella   con la alegría permanente que la caracteriza se sienta a la mesa  y nos narra esas cosas que la Revolución mediante políticas públicas     ha logrado, tal como lo reconocen los mismos organismos internacionales.
Esta profesional incluso trabajó un año apoyando a los haitianos luego del mortal terremoto de enero del 2010 pues hay espacio para la cooperación Sur – Sur.  Se sorprende cuando le contamos que en Costa Rica, cuatro de cada diez niños que entran a la escuela no salen graduados del colegio. Eso resulta ciencia ficción para los cubanos.  “Aquí la policía y hasta el Presidente del CDR (Comité de Defensa de la Revolución) intervendrían”, reacciona. En cada cuadra hay una persona encargada de apoyar (quizás, hasta “vigilar” calce mejor) a sus vecinos con la tramitación de necesidades y propuestas.
Ella igualmente reconoce que su salario como profesional en medicina y el de su esposo como científico y docente universitario  no alcanzan para una familia que quiere desarrollarse un poquito más. Están ahorrando para hacer mejoras en la casa  y abrir otra habitación para turistas.  Cuando nos despedimos, su esposo nos invita al cafecito cubano fuerte y endulzado. Ella no está en la casa pero tiene la calidez de llamar por teléfono para despedirse.  
Los símbolos masones los ubicamos en edificios y cementerios. La masonería incluso fue clave en tiempos de la independencia para la circulación del libre pensamiento. “Eso sí, no hablamos de política ni de religión”, nos sentencia el dueño de la casa-hostal de Remedios y miembro de una logia. 
Quizás en la logia no se hable de religión pero su esposa y matrona de esta familia, recuerda con orgullo  haber recibido la hostia de manos del Papa Juan Pablo Segundo en aquella histórica visita a la Isla en 1998 que entre otras cosas, permitió abrir y desempolvar las iglesias. Ahora hay cultos católicos que se combinan con actividades culturales como el homenaje que aquella calurosa noche,  algunos músicos locales le dieron al compositor, guitarrista y director de orquesta, Leo Brouwer.

Esta familia de Remedios vive pendiente de la estabilidad de una de sus hijas que tramitó con éxitos los papeles y acaba de mudarse a Estados Unidos. “Para nosotros, escuchar la voz de  los nietos al otro lado del teléfono es lo más satisfactorio”, recuerda él, con los ojos aguados. Él nunca quiso dejar Cuba ni en los tiempos más difíciles, pues como hijo de inmigrantes prefirió no repetir la historia familiar y acompañar a padre y madre hasta el final de sus vidas.
La pintoresca Remedios está en el norte de la Cuba central. Este pueblo, único por tener dos iglesias con un parque de por medio, está en obras para recuperar edificios emblemáticos y guiñarle un ojo a los turistas que buscan la arena que parece harina y el agua turquesa del Cayo Santa María, el último islote a 50 kilómetros de distancia conectado por una carretera construida sobre el mar y en medio de manglares. Esta es una infraestructura orientada a turistas extranjeros pues hasta pasaporte piden en la caseta de la entrada a la carretera.
En la Habana Vieja, las casas convertidas en hostales también son la ruta obligada para los viajeros de bajo presupuesto que estamos deseosos de no solo conocer la Catedral, el Morro, el Malecón y las plazas reconstruidas sino acercarnos al menos, por unos días, a lo cotidiano, a la gente.
Ella tiene 52 años y apenas un mes de trabajar en uno de las decenas de hostales en la calle Cuba dentro del casco histórico.  Como decimos en Costa Rica,  en hostal ajeno “agarra volados” para que montarse pronto  el propio negocia. Dice en voz baja que ahí ha visto algunas deficiencias que ella sí quiere mejorar.  Como por ejemplo, “atender al cliente de inmediato”, asegura luego de que un par de turistas pide cambiarse de cuarto y no hay quien decida sobre esa solicitud. Corre para facilitarnos un destapador de cañería  pues en edificaciones tan viejas es normal que la cosa no fluya, a pesar de los insistentes avisos de evitar los papeles en el inodoro.
Esta mujer delgadita solo espera que su hermano, que vive en España, le mande el contenedor con algunos materiales que aún no se consiguen en Cuba y las sábanas nuevas, que con ilusión, pronto tenderá en su primera habitación para turistas en el  209 de una calle vecina a la Plaza Vieja.