Ella hace una lista de los formatos de audio que han pasado por sus
manos como prueba de sus cuatro décadas de voluntariado en esta
radioemisora de Amubri, Talamanca. Habla de las cintas abiertas, los
casetes, los cds y "ahora solo una computadora".
Arcelia Lupario Lupario es la voz con más años de permanencia al
micrófono desde que dos sacerdotes católicos alemanes montaron un
transmisor de radio en Amubri, allá a finales de los setentas.
Cuatro décadas de hacer radio comunitaria
En ese entonces, ella
con menos de 30 años ayudada en la iglesia y de
pronto, se vio encendiendo el transmisor, manejando la consola y
sentada frente al micrófono de la misma emisora que hoy transmite
por 88.3 en Frecuencia Modulada y 1580 AM.
Con la experiencia que
dan los años, afirma que lo único que le hubiese gustado es haber
salido al aire, desde el principio, en su propio idioma: el bribri.
"No tengo más de sexto grado ni hablo bien el español",
dice Arcelia quien recuerda también la discriminación que enfrentó
durante su niñez y juventud pues que no era bien visto hablar en su
idioma.
Afortunadamente las cosas cambiaron. Ahora se exalta esa
riqueza lingüística de Talamanca donde confluyen dos de los ocho
Pueblos Indígenas de Costa Rica: Bribri y Cabécar. También desde 1991 cambió la fuente de energía con la que se alimentaba el transmisor pues ese año el diesel fue sustituido por la electricidad que finalmente llegó a la comunidad.
Su voz ya es reconocida en ambos lados del río Telire y en la costa caribeña. Para ella no
hay como la radio porque mientras se oye, es posible lavar y barrer;
en contraste con una televisión que "engorda".
Sale
a despedirse y conmovida recuerda que a inicios de este 2019, justo
el mes que ella cumplió 66 años, murió el padre "Bernardito Kosh",
también padre de la ya cuarentona radioemisora "La Voz de
Talamanca" que hoy forma parte una red de radios culturales y es apoyada por la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica.