Sus tres hijas debían
bajar del cráter del Irazú para ir a la escuela mientras vivieron
una década completa ahí arriba con toda su familia. Arabella,
Fresia y Johana son profesionales y él, ya con siete nietos, sigue
trabajando en el volcán.
Recuerda que hace poco
tuvo que desmontar la casita de muñecas que le hizo a sus hijas en
la década de los años 80. “Yo jugaba con ellas en vez de la doña.
En casa, éramos cinco mujeres: las tres hijas, la doña y yo”,
bromea.
Marco Tulio Araya Brenes
es uno de esos anónimos que ya forma parte de la historia de los
medios de comunicación audiovisuales de Costa Rica. Ha laborado para
la Universidad de Costa Rica, Teletica y el Sistema Nacional de Radio
y Televisión Sinart y Grupo Extra.
“Hay gente que dice que
ni por cinco millones de dólares estaría aquí y el cardiólogo
-porque tengo un problemita, tuve una afección en el corazón- el
cardiólogo me dice : ¿Todavía está yendo al volcán ? Usted es
bien valiente porque Usted está solo”. Ahora, intercambia su turno
con un sobrino, por lo que se consagra como uno de los costarricenses
que habita más cerca de la cima de un volcán mientras cumple su
jornada, como los hacen también algunos guardaparques.
Son 77 años de vida de
los cuales ha invertido cinco décadas facilitando que Usted escuche
radio y vea televisión. Su trabajo consiste en hacer los enlaces,
revisar los transmisores, reportar daños para que los técnicos y
torreros de radioemisoras y televisoras suban a corregirlos.
Por cierto, su testimonio
también permite documentar los cambios y deslizamientos actuales que
están experimentando los terrenos donde aún se elevan las torres
del Irazú, algunas de las cuales ya debieron trasladarse.
Este volcán – a 55
kilómetros de San José, la capital- ha sido la cresta estratégica
para que las empresas, instituciones y universidades que tienen
medios audiovisuales y de telecomunicaciones, repiquen su señal a
otra parte de la geografía costarricense o a los satélites.
Marco Tulio llegó antes
que el Irazú fuera declarado Parque Nacional y recuerda pulsos con
los vecinos de San Juan de Chicuá (el pueblo más cercano) que
subían a cazar y extraer plantas pues reclamaban esos terrenos como
propios. Eso sí, esos mismos vecinos lo invitaban al huevo duro, las
tortillas y los frijoles cuando subían los domingos a los terrenos
que consideraban propiedad de sus abuelos y bisabuelos. “Ellos me
enseñaron todos los trillos por donde caminar”, agradece Marco
Tulio, décadas después.
A más de 3.000 metros
sobre el nivel del mar, a Marco Tulio ya se le hizo costumbre
amanecer con un par de grados bajo cero pero aún no se le hace
rutina y le retumba en su cabeza, las palabras de una de sus nietas
cuando se le acaba su tiempo libre y la emprende de nuevo al coloso:
“Papá ya está bien”. Todos los días llora cuando me voy a
venir. Y yo le digo: “Le prometo que me voy a ir”...pero es que
son tantos años. Esto es lo grande, es lo que uno quiere”.
8 comentarios:
Gracias Don Alejandro por tan lindo reportaje de mi padre... mi ejemplo de constancia y dedicación!! <3 <3
Hermoso reportaje Felicidades Marco Tulio y muchas bendiciones para ti y tu familia
Hermoso reportaje de mi padrino, muy orgullosa de él, se que en un gran hombre que a formado una hermosa familia y excelente hijas
Que orgullo de padre, amiga Johanna..!
Gracias Luisito ... salu2
Yo fui testigo de eso cuando yo lo conocí y si fue un gerero y amaba el boca irazu el era padrino de mis hijas seguirá siendo para toda la vida yo no le digo adiós le digo hasta luego gracias por todo
Una muy linda persona. Dios tiene un ángel a su lado ahora. Un abrazo a toda su estimada familia
Muchas gracias ❤️🩹
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