“Tu nombre es una marca” fue el genial consejo de una amiga que encendió las ganas de reinventarse de Glenda Umaña luego de ser despedida de CNN, junto a más de mil compañeros, por una reestructuración de esa cadena internacional de noticias.
“No tenía ningún plan, no tenía ninguna visión” reconoce Glenda a los estudiantes del curso Práctica Profesional en Periodismo y Comunicación Social de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica. Esas experiencias laborales a veces inesperadas a veces dolorosas, sacan lo mejor de todo profesional responsable en un campo tan cambiante como la comunicación mediática.
Entonces, la periodista
costarricense echó mano de la credibilidad que forjó en los canales 6 y 7 en
Costa Rica y luego en CNN donde por 18 años estuvo en el mundillo de las “últimas
horas” en hechos como la muerte de Juan Pablo II y en las entrevistas de fondo
a personajes como Hugo Chaves o Vicente Fox.
A sabiendas de lo difícil que resulta “monetizar un medio digital”, Umaña encontró un nicho en la generación de contenidos que ella cataloga como “historias de inspiración, vivencias y testimonios”. Además, se enfocó en servicios como los entrenamientos de medios, la moderación de foros, la conducción de eventos y hasta los debates políticos televisados.
Los 30 minutos de diálogo entre
la periodista y los estudiantes sacaron a flote consejos útiles para el
desempeño profesional pero también para la vida:
1.Hay que crear empatía y no solo
repetir datos
2.Hay que tener autenticidad (y
por lo tanto ética) en un esfuerzo por buscar lo nuevo, lo noticioso
3.Solo si se aprende a escuchar
al otro, será posible lograr una rica conversación (y por lo tanto, una buena
entrevista)
4.Trate siempre con amabilidad a
la persona con quien conversa o entrevista
5.Jamás deje de ser astuto. Sepa cuándo preguntar las cosas incómodas que su audiencia está esperando.
Ya vencido el plazo de los 30
minutos de esta clase virtual y luego de
las despedidas de rigor, Glenda apuntó uno más que a veces nuestro orgullo nos
consume: “Cuando cometamos errores, reconozcámoslo”.
Esa humildad profesional, que no
siempre se enseña en las aulas universitarias, fortalece la marca creíble que como comunicadores o periodistas construimos día
a día.
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