lunes, 27 de octubre de 2008

La niña Hilda


Hilda Chen Apuy dedicó su mañana de ayer domingo a compartir con vecinos de Naranjo, reunidos en la Casa de Cultura de ese cantón alajuelense. Suéter, sombrilla y sus memorias en mano llegó a compartir sus conocimientos sobre Asia pero aún más, sobre la vida.


Ella es la primera mujer latinoamericana inscrita en una universidad de la India en los años cincuenta. Logró una especialización en estudios asiáticos que también complementó en universidades de Estados Unidos. Por varias décadas, formó estudiantes en la Universidad de Costa Rica.


Habló del sinsentido de las bombas atómicas a finales de la Segunda Guerra Mundial y de los lamentables ataques en contra de la gente de Afganistán e Iraq en tiempos de George Bush. Se pronunció en contra del TLC con Estados Unidos.


Fue más allá. Recordó sus años de infancia en Puntarenas y su adolescencia en el Colegio de Señoritas. Celebró su origen diverso como china por parte de su padre y como tica por parte de mamá. Recordó a su hermana Agripina, recientemente fallecida.


Habló de su inicio como escritora en la revista “Repertorio Americano” de Joaquín García Monge. Su inquietud inicial por leer y conocer la llevó a trascender la Costa Rica de mitad del siglo XX. Dijo en medio de risas que ella se atrevió a pedir prestada la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert, cuando esa obra era considerada pornografía.


Con la sabiduría que dan los años, concluyó que sin amor a la familia, al trabajo, a los estudiantes, al estudio no le hubiera encontrado sentido a sus 85 años de vida. Afortunadamente tiene amor y sabe proyectarlo a quienes la escuchamos.

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