Irónicamente en la era digital,
algo que podría resultar obvio se convierte en una tarea para un curso
universitario en el 2016. Dejar de ver
el celular por unos instantes y volver a lo básico: la gente y sus ruidos, la
gente y sus silencios…
Las señas para este ejercicio son
sencillas: observar los parques, las ferias del agricultor, las salas de
emergencias, los juicios y los mercados para identificar cómo se relacionan ahí las personas, según esos espacios de convivencia
pero también de conflicto.
Hay un rol en el puesto de guarda
de seguridad tanto en las emergencias del Hospital Calderón Guardia como en la
Sala de Juicio de los Tribunales de San José. Es un personaje con postura y con
poder que administra su papel para dejar pasar o impedir el paso al resto.
Otros personajes josefinos se
construyen particularmente a partir de las personas que pasan y pasan en busca
de alguna verdura en la Feria del Agricultor de Zapote. Ese rol de vendedor,
también presente en los mercados josefinos, genera saludos diferenciados según
el potencial cliente “mi amor”, “mi reina” o “machillo. Pero un silbido también
sustituye cualquier palabra por más adornada que sea.
Los parques
El tránsito de personas es fuente
de información sobre las relaciones comunicativas en el Parque Nacional donde
previo a la hora de ingreso a los trabajos, no hay mayor espacio para la
interacción, solo para pasar y pasar. Una
realidad que cambia, par de cuadras al oeste, en el Parque Morazán donde sí existe
un refugio para la convivencia de jóvenes urbanos con gustos particulares y a
veces, asediados por alguna figura policiaca.
A otros no les queda tanta
autoridad en su actitud corporal, como una jueza, que cambia su compostura conforme pasan al banquillo testigos y hasta el acusado
porque el tedio la va dominando y ya no
ve a los ojos ni a sus propios interlocutores.
Lo más valioso de esta
observación de la ciudad es que el curso “Comunicación para otras Carreras” tiene estudiantes de economía, archivística, agronomía,
ingeniería, antropología, medicina, meteorología, trabajo social, historia,
ingeniería de alimentos, educación; y por tanto, queda demostrado que la
comunicación interpersonal además de las
múltiples manifestaciones, tonos, volúmenes y gestos, es una lección cotidiana para los futuros
profesionales, ya doctores en la universidad de la vida.
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