miércoles, 24 de febrero de 2021

Cuatro vacunados con un Atlántico de por medio

 

Que un 23 de febrero se vacunaran contra la COVID mis papás en Naranjo (una comunidad rural costarricense de tradición cafetalera, a 30 kilómetros del aeropuerto internacional), mi primo Jaime en un albergue  para personas con condiciones especiales en Heredia (una de las provincias más pobladas del área metropolitana de Costa Rica)  y mi amiga Jeannette en Swindon en  el Reino Unido (a un par de horas de Londres) es más que una folclórica coincidencia.

Mis papás este 23 de febrero a la salida de Ebais de la Caja Costarricense del Seguro Social

Mis papás por sus edades y mi primo por su condición de salud fueron vacunados con éxito pero los tres viven en un país donde aún la quinta parte de la gente es pobre.

Mi primo recibió vacuna el mismo día

Jeannette ni por edad ni por condición de salud. Es una tica casada con un inglés que aún no llega al quinto piso de la vida y aunque pronto será ciudadana inglesa, ya vive acogida en uno de los países industrializados más ricos del mundo con una  historia imperial y colonialista a cuestas que  ahora, también responde a quienes no nacieron en sus linderos.

Entonces, casi al mismo tiempo los cuatro recibieron la misma vacuna. Eso mueve las fibras, las emociones y hasta los orgullos patrios con el gran Atlántico de por medio.

En esta historia personal, hay  entonces dos Estados que cobijan con  un sistema a cuatro ciudadanos del mundo. Ambos lo hacen más o menos a doce meses de que se revelaran los primeros casos, de que existiera una crisis por el cierre de actividades económicas, protestas por las reaperturas, escándalos por favoritismos sea por evasión de las restricciones o por este proceso de vacunación que apenas inicia.

La cita de mi amiga en UK para vacunarse el 23

Pero también… hay 4 ciudadanos del mundo (“cuatro gatos”, criticará alguien)  que ya empezaron la ruta para generar su propios anticuerpos y responder desde la mismísima condición humana a  la más mediatizada y quizás temida, de las pandemias que la humanidad ha enfrentado. Para esos cuatro ciudadanos de esta aldea global se probó, algo que parece obvio pero que ilumina los hogares, y es que la ciencia y la política con sus fallas e imperfecciones mantienen la capacidad de generar respuestas a las necesidades de la gente.