jueves, 4 de octubre de 2018

Un debate de formas sobre los bloqueos en Limón


Enmanuel recorrió la clase como un tigre en busca de su presa. Se desprendió del resto de sus compañeros y llegó a encarar a quienes pensaban diferente, sus otros compañeros de clase. Eso sí, mientras hablaba, dejaba ver su sonrisa, actitud que compensó el apabullante mensaje que transmitía con su corporalidad y desplazamiento.
Este es un debate en el que los estudiantes del curso “Comunicación Básica” de la Sede Caribe en Limón, ponen a prueba su desempeño oral pero también sus posturas y sus silencios.
Da igual si alguien estaba a favor a en contra de los bloqueos en las carreteras, como manifestación de protesta, porque en realidad lo que contaba eran las formas al momento de expresarse.
Mauricio, quien tuvo que defender los bloqueos, utilizó palabras paradigmáticas: “el pueblo”, “la democracia” y “la convivencia”. Trudy, de su mismo equipo, argumentaba entonces: “¿Qué quieren ustedes, que el pueblo se calle y no haga nada?”. Evelyn, también sentada, calificaba de “egoístas” a quienes defendían la otra tesis.
Quienes argumentaban en contra de los bloqueos, decidieron expresarse de pie. Además, Ingrid en lugar de generalidades, habló del impacto negativo de los bloqueos para “los jornaleros” y quienes “esperaban citas” en hospitales y clínicas. Jennifer recordó que incluso con bloqueos, hay que trabajar porque “la plata no llega a nuestras casas”.
Crystin, quien sí defendía los bloqueos, vio la estrategia del grupo contrario y emuló la buena práctica de hablar de pie. Su sonrisa también ayudó al dirigirse al jurado, algo que su contrincante Ana Gabriela también utilizó con soltura.
Sin embargo, ya los jueces Deivid y Sofía tenía su veredicto: los antibloqueos habían permeado más, gracias a su expresión oral y corporal. Sin embargo, el profe Alejandro encontró en ambos grupos, las herramientas valiosas para la expresión oral y el ejercicio en clase, había logrado el objetivo de ponerlas en práctica.


sábado, 29 de septiembre de 2018

Manejo ético del concepto "trabajadora del sexo"


De niña, Nubia compraba los paquetes de “mentas” para vender cada pastillita al menudeo. Hacía lo mismo con aquellos “meneitos” que a todos nos dejaban los dedos anaranjados luego de terminarnos la bolsa. Dice que su sangre es de comerciante.

Hoy además de ex trabajadora sexual, sigue siendo comerciante pues tiene un par de pulperías. También, ella preside el comité de vivienda de su barrio y ocupa un puesto de elección popular en el Concejo Municipal de la capital.

Su testimonio frente a los funcionarios del Sistema Nacional de Radio y Televisión SINART motiva para que los medios de comunicación produzcan historias y narrativas más apegadas a sus realidades y menos a los estereotipos.

Los tacones, las enaguas cortas y los labios rojos no tienen que ver con ella. “De hecho yo casi ni me maquillo”, explica. “La noche” tampoco es el espacio en el que siempre ofrece sus servicios. Ese día tuvo una cita a las seis de la mañana, tres horas antes de compartir, a media mañana, con los funcionarios del SINART.
Y uno se pregunta: ¿Qué más pueden hacer los medios de comunicación al reportar el trabajo sexual? Yo enlisté algunos consejos que si fueron avalados por Nubia, durante esa charla, bien podrían ser de utilidad para los comunicadores al momento de hablar de las trabajadoras sexuales. Aquí hay solo tres:
  • Chinear las palabras, no por jugar de políticamente correctos, sino más bien por el convencimiento mismo de que cuando nos enfrentamos a personas en alguna condición de vulnerabilidad, hay que pulir la forma como nos expresamos de ellas.
  • Quitar el foco de los tacones y los labios rojos, para ponerlo en sus relaciones cotidianas – familiares, nos acercaría más a un entorno real, menos estereotipado porque no todas las trabajadores del sexo caben en el mismo saco.
  • Con frecuencia la audiencia se confunde ante diferencias conceptuales. Por ejemplo, el trabajo sexual que hace Nubia no tiene que ver con los delitos de trata con fines de explotación sexual ni con el proxenetismo, penados por la legislación costarricense. Definir y explicar debe estar, entonces, en la lista de pendientes de los comunicadores al momento de hacer historias sobre las trabajadoras del sexo.


sábado, 19 de mayo de 2018

Un faro para periodistas


En el vigésimo aniversario de www.elfaro.net chispearon, algunos consejos para iluminar la profesión.

1.Desde México, el politólogo y escritor Emiliano Monge, nos contó que el periodismo es capaz de cambiar la realidad; la literatura, por su parte, puede cambiar a una persona. En ese límite entre literatura y periodismo, nos curó la conciencia porque no hay nada de malo al fijarnos en lo bueno: “No es posible la originalidad sin la imitación”. Recordó que las lecturas conducen a más libertad. Todo escritor (yo diría: todo periodista) empieza siendo lector.

2.Valeria Luiselli, también escritora mexicana, dijo que la violencia – un tema muy presente en las noticias- es como la energía: se modifica de lugar en lugar. Puede estar en el lenguaje, en la institución; no necesariamente solo en lo físico que es lo más evidente. Por eso, hay que buscar las caras para trascender los números y las estadísticas.

3.Mónica González de Chile advirtió del peligro de quedarse sentado. “Siempre y cuando no sean oficinistas...es un privilegio ser periodista”. El mejor periodismo se hace en equipo. Esa colectividad permite, además, mantener el cable a tierra para evitar la egolatría. Pero hay que tomar esto con humildad y rigor. El periodista no es el protagonista, aunque ”el humor es la mejor herramienta contra el tirano porque hay que aprender a desarmar el miedo” . Los periodistas tenemos la obligación de estudiar. “¿Cuál es la ecuación? Estudio y enfrentar acosos.“Los invito a participar del periodismo militante por la democracia”. Los periodista somos escrutadores para que la democracia se perfeccione y el crimen organizado no carcoma la sociedad. 

4.La cubana Mónica Baró es una “periodista de barrio” que enfrenta la adversidad acogida al periodismo. Por simple que parezca, sigue los procedimientos y los protocolos: contrastar fuentes y solicitar entrevistas porque en Cuba, las instituciones todavía se sorprenden de que les pidan información. “Si hay algo que nos distingue es la irreverencia frente al poder”. Mónica no encontró espacio en el sistema de prensa estatal y ahora, desacraliza el poder con ironía y la risa como la estrategia.

5.En  El Salvador, la cuna de El Faro, Carlos Dada nos habló de que la pasión por el periodismo, implica dolor y sacrificios. Hay adversidades económicas, políticas, amenazas... Enumera que en dos décadas, han desfilado unos 100 periodistas y todos han entregado más de la cuenta. El periodismo no es una plaza burocrática. “Transformar el mundo a través de un método periodístico: la verificación”. Las adversidades se han convertido en aventuras. “Nos hemos sobrepuesto a las adversidades solo con una cosa: periodismo” (y uno le agrega: “y más periodismo).