jueves, 13 de octubre de 2022

La entrevista para buscar trabajo en Comunicación

Una comunicadora recién graduada llegó a la entrevista de trabajo acompañada por su mamá. “Todo bien que  la mamá vaya y apoye a su hija en el proceso, pero quizas ella debió esperar afuera”,  nos dijo Laya Poveda Jiménez, una profesional con 25 años de experiencia y trayectoria en Comunicación Corporativa, una empresa de relaciones públicas de Costa Rica con presencia internacional.


Layla – graduada de nuestra escuela en Relaciones Públicas- nos explica que esa potencial colaboradora que buscaba ya “le estaba comunicando” que quizás carecía de la madurez o la independencia profesional necesarias para el puesto que en su momento tenía abierto. 

“La entrevista empieza desde la puerta y no en la sala de reuniones”, anota Layla. Ella se fija  si el comunicador (a) saluda o no a la persona de la recepción. Dice que todo comunicador (a) profesional debe demostrar educación no solo con los clientes de una cuenta, sino también con el guarda y con quien recibe a la gente en la entrada de una compañía, organización o institución pública.

En el curso de Práctica Profesional de la ECCC de la Universidad de Costa Rica, dialogamos con gente como Layla con experiencia real en temas que a veces, la academia pasa por alto, en esa meta a la que muchos aspiramos cuando vamos a la U: ¡Encontrar trabajo!

A modo de ABC, Layla nos revela una especie de manualito para esa entrevista de trabajo *

A)      Averigüe dónde va. Layla dice que se decepciona cuando luego de romper el hielo, le pregunta a la persona aspirante: “Vos, ¿Qué sabés de nosotros?”; y la persona se queda en blanco… Demostrar interés por el lugar es prioritario para generar un buen ambiente con el potencial empleador.

B)      Responda de manera concreta. Evadir preguntas se ve muy mal. Si no sabe, vale mucho que Usted lo reconozca. Lleve en su mente muy clarito en lo que Usted es bueno (a) pero también en lo que debe mejorar. No dude en expresar esto último. Eso sí en lugar de decir: “Soy super lenta redactando”, mejor diga : “Soy tan detallista al producir un texto,  que me toma mucho tiempo”. Dígalo bonito e incluso, ensáyelo antes.

C)      Cuide detalles como la puntualidad o la vestimenta. Si llega tarde por una presa en la carretera - lo cual es comprensible en Costa Rica-; es mejor que avise con una llamada telefónica. Si va con jeans y camiseta, es porque Usted hizo una búsqueda previa sobre la cultura organizacional de ese lugar. Layla recomienda ir un poquito “más allá del promedio” en ese primer encuentro  que podría ser el último o bien el inicio de una relación de mucho tiempo…

* Tenga presente que esa entrevista ocurre luego de que su Curriculum Vitae la enganchó – de entre medio centenar de CVs- gracias a algún detalle llamativo como por ejemplo: una habilidad puntual, un voluntariado, el link a un video en el que Usted se presentó o el conocimiento demostrado de una herramienta útil.

domingo, 2 de octubre de 2022

Hijas de Mamá Caribe: Josefa, Erlinda y Faustina

Mamá Caribe tiene hijas que cuentan buena parte de su historia familiar. Se trata de tres retoños   llenos de vida: Josefa, Erlinda y Faustina.

La mayorcita, Josefa de 83 años,  lleva la riqueza del Caribe Sur de Costa Rica en su discreta sonrisa. Sus orígenes afro e indígena nos recuerdan la mezcla étnica propia de todo costarricense.” La abuela”,  acoge con comida y hospedaje a quien llega a Suretka, Talamanca.  


Josefa lleva décadas de vender comidas con sazón y camas limpias para todo visitante que  trabaja y explora este pedazo de tierra que ya limita con Panamá. Ella ha sido testigo de ese entrar y salir en esta provincia casada al igual con peregrinos estacionarios como con inmigrantes.

Erlinda de África de Guácimo, limonense desde muy chiquilla, trabaja por los demás desde que en una pastoral católica, descubrió que había mucho que hacer. Luego, se nutrió de otros credos, incluido el del cuido ambiental, los derechos de la mujer campesina y la defensa de la salud comunitaria.  En medio de bananales, primero  y piñeras, después; Erilinda acompañó luchas en defensa del agua y el bosque.


Hoy junto a mujeres de su comunidad, Erlinda con 65 recién cumpliditos, tiene un centro de educación ambiental. Está  justo al lado de la línea del tren que también recuerda esa historia contradictoria del “desarrollo” caribeño por un lado, y la “destrucción” ambiental por el otro. Y Erlinda, justo en medio, sigue buscando el balance.

Faustina ya se ve a sí misma como una mujer adulta pero aclara, entre risas,  “no tan mayor”. A sus 56, goza del reconocimiento de tres décadas de trabajo al lado de mujeres indígenas que como ella, además de cacaotales y una fábrica de chocolate, tienen un compromiso demostrado con los derechos de la mujer y los más variados temas del desarrollo costarricense.


La imagen de Faustina ha salido en la lotería nacional y en cuanto libro reconoce la trayectoria femenina. Pero sus fuerzas se siguen enfocando donde la coyuntura las demanda. Ahora por ejemplo,  acompañan la salud mental de la población infantil y adolescente de Talamanca.

Las historias de Faustina, Erlinda y Josefa prueban que cuando Mamá Caribe  escribe su libro familiar, en realidad lleva un sello femenino.

jueves, 29 de septiembre de 2022

Soñar y hacer (con menos chunches)

 Soñar una comunidad limpia lo mueve a uno a recoger los desechos que los vecinos sacan de sus casas:  televisores (incluidas pantallas planas), juguetes, sillones, lavadoras y por supuesto, inodoros.

Organizaciones comunales apoyan con la descarga de materiales

Guantes en mano y gente con la misma aspiración, la recolección de desechos no tradicionales fluye en La Fortuna de San Carlos (costa Rica). 

Estamos escudados eso sí, en el trabajo coordinado de organizaciones como la Asociación de Desarrollo (y el comité Bandera Azul), el Ministerio de Salud, el acueducto comunitario y la Municipalidad.

El cuido del ambiente empieza por la limpieza de nuestras casas. 

Pero más que “soñar” con un país y un planeta limpio, lo importante apunta al ” hacer” día a día desde mi propia realidad… pero bueno, meterle un poco de poesía e ilusión a la vida, quizás sea ese motor necesario para alinearse con el consumo responsable que hacemos hoy en el súper o la tienda.

El colega que maneja el camión del Acueducto, entre parada y parada para recoger lo que encontramos en la acera, me cuenta que hace dos meses y también hace cuatros meses atrás, la cantidad de chunches era la misma en los mismos lugares.


Uno se pone a pensar si la práctica de limpiar las casas va aparejada del cambio de comportamiento… 

Deshacerse de chunches innecesarios (“chunche” en Costa Rica  significa cosa)  es solo el primer paso para convencerme que a partir de ahora, compraremos solo lo necesario.

martes, 20 de septiembre de 2022

En busca de los ojos del Papa

Ver por primera vez al Papa cara a cara o verlo a través del lente de una cámara fue un asunto pensado y decidido  de antemano. No tenía sentido inmortalizar ese momento con la mejor foto posible sin haber buscado siquiera la conexión visual de semejante protagonista en un evento que quizás ocurre una vez en la vida de nosotros los terrícolas.

Pensé que valía más el intento  de buscar el ojo a ojo por encima de la ya obsesiva práctica de grabar y tomar fotos de todo y en todo lugar.

Estaba por tener al frente a una figura carismática: un latinoamericano que por segunda vez desde el inicio de su papado, regresaba a Latinoamérica provocando emociones, multitudes y corre corres. Había madrugado , cuando todavía  estaba muy oscuro, para esperarlo.

Mi decisión de no fotografiarlo a través del visor de la cámara, tampoco fue que me llevó a guardar la cámara en el maletín y a quedarme sentado mientras ocurría el ansiado momento en una fría madrugada de febrero. Empecé a entrenar un movimiento de mi brazo, tipo grúa, de abajo hacia arriba para que con mi brazo estirado, lo más arriba posible y en picada, empezar a disparar a lo loco, sin que yo estuviera viendo a través del visor… ¡A ver qué quedaba! Practiqué el movimiento una y otra vez. Ese ejercicio me liberaba, entonces, la cara y me dejaba libre la mirada para buscar la del Papa.

Aunque parezca que nacimos con la posibilidad de fotografiar y hacer videos de todo, en realidad esta costumbre – ya  más arraigada que decirle un “buenos días” al vecino-  apenas supera poco más de una década y ese episodio con Francisco fue en el 2016. Es decir, estábamos a la mitad de esta vorágine de creernos, segundo a segundo, los  reporteros gráficos de nuestra propia e íntima cotidianeidad.

Es una práctica masificada de niños, jóvenes y adultos mayores. Ayer en el funeral de Isabel II – 19 de setiembre del 2022- más que la corona encima del ataúd, lo que realmente llamó la atención en las transmisiones en vivo fue la multitud con el celular en mano, lista para grabar videos y tomar fotos.

La preocupación humana ahora consiste en inmortalizar una imagen  y por supuesto, compartirla  de inmediato, para buscar el reconocimiento virtual que ya vale más que un abrazo apretado. Atrás quedó el vivir y sentir la emoción del momento en la más apasionada intimidad. A ver… Es posible ambas cosas (tomar foto y sentir emoción), pero la práctica de grabar o fotografiar diluye la atención del hecho o del personaje que nos hace revolotear mariposas en el estómago.

Este es todo un cambio de paradigma -dirán  los sociólogos y hasta antropólogos-  en la historia contemporánea del homo erectus porque ya  no es solo  inmortalizar la pompa del funeral de una reina, aplica también para el nacimiento de un niño, una sopa de verduras, un accidente de tránsito, el cumpleaños de la abuela, un amanecer en la montaña…

Regresemos al zócalo. México DF, 13 de febrero del 2016. Horas de espera a la llegada del Papa. “Con una miradita me conformo”, decía uno de los carteles  que mejor ilustran este cuento. Los guardaespaldas se adelantan al papamóvil, yo levanto el brazo y por lo tanto, la cámara. Uno de los guardaespaldas  reaccionó a  mi movimiento y a los clicks que de ahí salen al ritmo del movimiento de mi dedo. 


La foto más cercana al Papa,  solo tiene clavados los ojos del guardaespaldas….

Al día, siguiente en otro lugar pero ya con menos emoción,  aprendí que la cámara hace ráfagas de fotos, casi  como haciendo cine, con un solo click .Ya no había otra opción: ¡Logré la miradita del Papa! Bueno, en realidad Francisco vio al lente  pero nunca  a mí...

jueves, 8 de septiembre de 2022

Hablar del suicidio en los medios

 Se me movió el piso al escuchar que es conveniente hablar del suicidio en los medios de comunicación… “Hablar, pero hablar bien”, reaccioné en una capacitación para periodistas. Ahora reflexionando sobre el sentido de mis palabras;  lo que debería haber dicho era: “hablar de la manera adecuada”.

Me martillaba la recomendación de años atrás de algunos medios que por autoregulación ética, no cubrían el tema del todo.  Para seguir siendo precisos,  periódicos y  algunos noticieros evitaban todas historias de  muertes por esa causa.

Sin embargo ahora los números nos golpean;  más cuando llegamos a ver las edades de quienes más lo consuman:  la población joven . Las cifras, da igual si locales, nacionales o mundiales,  exigen respuestas y enfoques concretos de quienes construyen historias que serán consumidas masivamente por otros.


En momentos donde andamos  con un celular que toma fotos y hace video, es una tarea compartida. Sin ánimo de diluir la responsabilidad, siempre la prensa profesional tiene un mandato para hacerlo mucho mejor que cualquier ciudadano que no mide la responsabilidad de circular una imagen sin pensar en el daño  emocional que ocasiona no solo en las decenas de grupos de WhatsApp en las que está metido, sino en la familia, los compañeros y amigos de la víctima.

Este taller para periodistas organizado por la Instancia Local para el Abordaje del Comportamiento Suicida ILAIS de Florencia de San Carlos (Alajuela) y por el Ministerio de Salud de Costa Rica es entonces un muy buen inicio para alentar una cobertura que construya diálogo, que tenga el foco encendido sobre  las opciones de acompañamiento en lugar del hecho mismo, y por supuesto, que deje de lado la teoría del periodismo que nos dice que ante una noticia siempre hay que contestar: el qué, el quién, el cómo, el dónde y hasta el por qué. ¡Nada de esto funciona cuando se trata de un suicidio!

Cada suicidio obedece a una historia muy particular, que al calor de la dolorosa situación, ni el más gato de los periodistas, podrá contarla ni documentarla como corresponde. Lo importante más bien es recordar minuciosamente los pasos para buscar ayuda. En Costa Rica funcionan el 911 y hasta una línea de WhatsApp 89 89 11 47 para gente joven.  


Vale también orientar a las familias a identificar conductas de riesgo (cambio de rutinas, deshacerse de pertenencias, estar en drogas, hacer cosas arriesgadas y despedirse con efusividad)  para responder a esas alertas mediante la confrontación directa a la persona sobre sus planes.

Es útil que las historias periodísticas potencien la necesidad de políticas públicas para que cada vez más, los factores de protección superen a los factores de riesgo. Aquí, enlistamos: la necesidad de más espacios gratuitos para el deporte, mayor promoción de hábitos alimenticios saludables,  más apoyo institucional amigable con las familias y un gran etcétera.

¿Y el suicidio de la gente famosa? Hay que tomarlo con pinzas porque esos eventos pueden desencadenar situaciones similares en personas impactadas por los detalles innecesarios de una información que fácilmente se viraliza por las redes sociales.

 La cobertura del suicidio exige conocimiento y mucho tacto, tal como debe ocurrir en las intervenciones periodísticas cuando hay emergencias naturales o violencia machista en los hogares. Por eso, ese  “traductor” profesional entre el hecho y la audiencia es y seguirá siendo clave al hablar del suicidio.

viernes, 1 de julio de 2022

Urbanidad en tiempos de Guasap

 La “urbanidad” con todo y su enfoque clasista, citadino y conservador;  nos sirve ahora para robarnos las mismas reglas de socialización durante los  tiempos del Guasap. 


Si antes el tema era enseñar a cruzar la pierna para tomar el té, ahora lo que importa es controlar la cantidad de horas que pasamos sentados revisando cuanta tontería llega al celular y lo más preocupante, dejar de hacer cosillas elementales: sonreír, ver a los ojos, saludar.

Si antes, el manual de urbanidad apuntaba a cómo usar el pañuelo para estornudar, el foco actual debería recomendarnos a evitar los regueros – similares a estornudar con la boca abierta- que hacemos de cuanto video, meme o foto compartimos a diestra y siniestra.


Aprendimos con el manual de urbanidad a cómo disponer los servilletas y comportarnos en la mesa, pero ahora olvidamos que los tiempos de comida son para hablar sin tener que estar embarrando la convivencia con las alertas personalizadas y  los tictoqueros

¿A quién le toca abrir la puerta del carro? Ya los sabemos, gracias a los manuales de urbanidad del siglo pasado en aquel mundo idílico... Ahora, envalentonados desde nuestras redes,   reventamos a diario las puertas de nuestro activismo para  imponer mi visión de mundo: la única, la perfecta.

Mis nobles saludos  mañaneros por el guasap - que quizás nos unen con gente que de otra manera no  contactaríamos – me podrían peligrosamente llevar a pensar que  ya sustituyen el  humano “Buenos días” cara a cara con bostezo incluido.

Semejante creencia guasapera  nos puede alejar del contacto físico con el otro y emborracharnos de una socialización digital que ya  la ponemos en práctica igual para terminar una relación, igual para darle un pésame a un amigo.

Si la urbanidad de abolengo nos enseñó años atrás a evitar monopolizar la palabra al momento de sentarse a conversar, ahora también hay que darle la bola a mis "amiguis del guasap o del feis" aunque piensen distinto. Solo así romperemos la peligrosa burbuja que nos ahoga.

 

jueves, 30 de junio de 2022

Buen trato hasta en el funeral

 Las enfermedades y muertes de figuras conocidas son noticia en Costa Rica y en la Conchinchina.

Pasa con gente de la política, de la farándula (en nuestro país desde hace un par de décadas para acá) y por supuesto, con los periodistas de TV.


Sin embargo, esa práctica noticiosa también ocurre cuando hay un evento como un accidente o un crimen de por medio. Entonces, la víctima – un perfecto desconocido – de pronto él o ella y su familia se vuelven noticia, en los momentos de más dolor como el accidente, la misa o el último adiós en el cementerio.

La cobertura de la muerte del colega Roy Solano es un ejemplo de la calidad y del respeto que todos los periodistas deberíamos tener al momento de reportarle a la audiencia un evento como ese. O al menos, nos invita a pensarlo dos veces porque cuando nos hemos enfrentado a coberturas como esa,  usualmente la inmediatez nos roba la sobriedad y el respecto hacia el otro.

Vimos imágenes de archivo de un Roy pleno haciendo su trabajo con profesionalismo, escuchamos  declaraciones concertadas entre la familia y los medios y un respeto absoluto hacia la privacidad de su gente cercana que realmente sufre por la separación física… No hubo imágenes de afuera de la morgue del hospital, de una vela atiborrada de gente con una cámara subjetiva que se mueve entre los dolientes pero tampoco preguntas irrelevantes para una familia consternada.

Esa misma receta mediática es entonces la que deberíamos aplicar cuando la señora del precario perdió a sus hijos en un incendio, el agricultor que venía cargado con verdura se accidentó mortalmente junto a su familia o un grupo de jóvenes  fue ultrajado en la comunidad donde los disparos y las amenazas son cosas de todos los días.

Estoy seguro que Roy – ese estudiante de perio avanzado que uno veía ya como “grande” porque incluso “ya salía” en la tele de la UCR -  se echaría una risilla y tendría una reacción a este comentario.

lunes, 27 de junio de 2022

Botas para un Cancún partido en dos

 Uno llega a México con las botas puestas. No se las quita. Aunque Cancún y la Riviera Maya sean México, en realidad, brillan como un satélite del turismo  global que aunque con tequila, guacamole y chile, responden a un mundo distinto a la idílica historia mexicana con rasgos de solidaridad e inclusión. Cancún es un invento reciente, planificado y pensado.


No quitarse las botas es darse cuenta que la carretera que va de Cancún a Belice, divide la historia local en dos. A la izquierda de Norte a Sur, justo al lado del mar, están las mega inversiones turísticas con pasos controlados y orientados a turistas extranjeros- A la derecha, las comunidades donde vive la gente que trabaja – ¡Y eso hay que celebrarlo! – en los hoteles, los parques temáticos y otras atracciones del otro lado de la carretera.

No quitarse las botas significa darse cuenta que hay mucha  calidez y algo de candidez en el trato de los empleados mexicanos hacia sus clientes, pero que uno, como turista, también debe sortear  la falta de información transparente al momento de contratar y pagar cualquier servicio turístico, sea un hotel, un tour, un carro. Siempre aparece automáticamente un pago sorpresa.

No quitarse las botas significa alegrarse con ver a las familias mexicanas que logran disfrutar de las playas, un bien que si bien público, tiende a estar acaparado por las grandes inversiones hoteleras. Los accesos a las playas están controlados como espacios pensados para tal fin. Las rutas son estrechas. Si bien permiten a los locales a entrar, también los invitan a salir luego de un paseo rápido.

¡Claro hay sol, cenotes para nadar, ruinas para celebrar la historia y hasta delfines para que más de un despistado los toque en busca del selfie!

Aquí le dejo las botas para que al igual que yo, usted se las ponga cuando vaya a Cancún sin perder el derecho a la crítica y por supuesto, a la autocritica, pues con solo ir, uno acompaña esta otra historia mexicana partida en dos.

viernes, 4 de febrero de 2022

Carlos y sus moralejas

 El Carlos de la segunda campaña de Ottón, allá en el 2005, era estudioso, moderado en sus comentarios y apasionado con su pluma al escribirle al entonces candidato sobre el pensamiento partidario. Un tipo tímido y cero confrontativo que casi siempre   dejaba ver una sonrisa discreta. Aparecía sudoroso y con el pelo parado en el corre corre de la campaña con un texto entre manos, que bien podía ser el borrador  de una política pública, alguna de las cartas retadoras para que el entonces  oponente debatiera o un avance de  la “Convocatoria Ciudadana” que era el plan de gobierno.


Al entrante Presidente en el 2018 le faltaba lo que algunos  equivocadamente  aún llamamos:  “porte presidencial” y por cierto, varios aspirantes en esta campaña política lo promocionan con poses fotográficas mirando al horizonte por encima de todos y todo. Sin embargo, el saliente Carlos del 2022, dejará pulido ese talante con actitudes  y poca verborrea.

De entrada, el Presidente  aguantó los silbidos al nombrar como ministras  a una nieta de Don Pepe y a una sobrina de Manuel Mora. Ese “gobierno nacional” con abolengo político disgustó en sus propias tiendas. La idea original se fue destiñendo pero hubo un intento pragmático por buscar la gobernabilidad dada su disminuida fracción oficialista.

Siguió forjando su carácter cuando jugó con la brasa de los nuevos impuestos y los topes al gasto público con el apoyo de una Asamblea Legislativa a la  que sin mezquindad, también hay que reconocerle esa tarea. A un semestre de haber entrado a la Presidencia, Carlos sorteó las encarnizadas críticas sindicales y empresariales pero también de las universidades públicas que tan solo un año atrás, lo veneraban como el candidato ideal frente al otro conservador y evangélico.


El mandatario tampoco fue pudoroso en acoger los proyectos verdiblancos, las buenas iniciativas ajenas, como la regulación de las huelgas, solo por citar una. A veces, se rigió por el principio: “Primero la Patria que el Partido”. Sin embargo, gobernar en tiempos de “feisbuk” y de “guasap”, significa también ganarse de inmediato,  etiquetas como “el neoliberal que le hace el trabajo a otros”.

Ya con olor a su cuarto tamal como Presidente, se negó a rebajar los montos de los marchamos tal como lo pretendieron algunos diputados que les dio igual la negociación en marcha  con el Fondo Monetario Internacional que mide cada retroceso en materia fiscal… La decisión de Carlos fue una afrenta nacional a  la tiquicia que ama, lava, chinea y encera los carros. Gracias, Presidente por mantenerse firme y decir: ¡No al populismo navideño electoral!

Además, Carlos  ya había apostado su capital político con los burócratas, al defender un plan de empleo público, aún pendiente de viabilidad constitucional y quizás algo imperfecto, pero que era tierra prohibida para los partidos que se intercambiaron Zapote  durante décadas. Ordenar los salarios en casa y socar la faja  disgustó a algunos en su propia fracción. De contar con el aval de la Sala IV, este cuento del empleo público y   de semejante “atrevimiento presidencial”, irónicamente se sentirían cuando ya su gobierno, si acaso sea un recuerdo más.

Le tocó asumir en crisis y entregará en crisis, con una dolorosa pandemia que enfermó a la familia y a la economía costarricenses… ¡Y al mundo entero!, una obviedad necesaria de remarcar frente a la furiosa crítica sea por las restricciones sanitarias o por  la obligatoriedad de la vacuna. Estas acciones de salud pública provocaron  una rabia desmedida que se personalizó en contra de la cabeza de Zapote, sea cual sea.

¡Pero qué nadie se engañe, este no es un listado de justificaciones! A Carlos, las cosas no le salieron como él mismo hubiera deseado ni como alguna parte del país anhelaba, un sentimiento que quizás también pasó por la mente y el corazón de don Luis Guillermo, doña Laura y don Óscar al cierre de sus administraciones.  

El presidente Alvarado Quesada que entró a la Presidencia con menos de 40 años, al igual que “los José Marías”: Castro Madriz y Figueres Olsen, quizás pronto  escribirá  sus propias moralejas. Uno se atreve a afirmar que el Presidente más joven del último cuarto de siglo nos deja varias: el país está primero que el partido,  los cuatro años no son para buscar aplausos y el “adversario”  ahora cuenta tanto como el “ganador”.

 

Sea por el reconocimiento a su gestión, por  la crítica a su trabajo o por las razones que sean, la innovación joven en los partidos políticos siempre será sana para una democracia y por lo tanto: ¡Que las y  los veinteañeros den rienda suelta a sus motivaciones con quienes aspiran hoy, tal como Carlos lo hizo casi dos décadas atrás!