lunes, 28 de diciembre de 2020

Mis cartas al Papa (con mayúscula y sin tilde)

 Hace casi 40 años que le escribí por primera vez a Juan Pablo II, y acabo de encontrarme, ya amarillentas, las respuestas que recibía de la Secretaría de Estado del Vaticano.

Lo mío era una rutina casi infantil de felicitarlo para el cumpleaños y la Navidad. Las respuestas oficiales eran eso: oficiales y por lo tanto, muy formales. Recordaba de memoria, sin necesidad de releerlas, las respuestas machoteras: “La Secretaría de Estado agradece las muestras de cariño hacia Su Santidad con motivo de…”

Debo confesar que me enterneció la rotulación del sobre de la primera respuesta que decía: “Al niño…”  y que luego, llegó a transformarse en “Sr.”


De 1983 a 1989, saqué tiempo para escribirle a mano, fui al Correo, pegué con saliva las estampillas y mantuve la ilusión de que la carta con la obvia dirección: “Ciudad del Vaticano, Roma, Italia, Europa”, llegara a manos del Pontífice.

En esos seis años, se había acabado mi infancia y comparando las fechas, la última respuesta la recibí el primer año de Universidad… Seguro, pensé que ya estaba muy grandecito para seguir esa tradición epistolar ¡Quién sabe si oí algo  del Papado en   Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica que me replegó en mis motivaciones infantiles!

Pero si yo le escribía a “Roma”, ¿Por qué recibía las respuestas (que para para efectos míos eran del mismísimo Papa)   con sellos postales de Costa Rica?


Inspirado con algún halo inquisidor, me seguí preguntando:  ¿Será, entonces, que toda la correspondencia  pasaba antes por la Nunciatura de Costa Rica? ¿Ninguna de mis cartas llegaron ni  a  cruzar el Atlántico? O sea, ¿El Papa no abrió nunca esos buenos deseos plasmados en tinta, papel y saliva?

Tal vez alguien quiera averiguarlo…  Al menos en cada respuesta oficial,  aparece un consecutivo que ya habrá tiempo de ir a los Archivos Vaticanos para encontrar las verdades y descubrir si existe la referencia a los originales escritos por mi puño y letra…. que por ahora son solo recuerdos que igual celebro como verdades infalibles.

martes, 6 de octubre de 2020

La RECETA DE RONNY ROJAS RRR para innovar y emprender en periodismo

 

La Receta de Ronny Rojas RRR, periodista tico con carrera en Univision y ahora en Telemundo en Miami, así como años atrás en Al Día y  La Nación (Costa Rica), incluye la “innovación y emprendimiento”.

Esa es la alquimia que está saliendo de las mejores aulas como las de la  Universidad de Stanford, donde él acaba de concluir estudios, gracias a una beca.


Ronny  se ha especializado en los datos para hacer historias.  Fue ganador de un premio Emy en Estados Unidos así como del Ortega y Gasset que da El País de España,  junto a otros colegas, mientras trabajó para Univision.

Invitamos a Ronny a nuestra clase de “Práctica Profesional en Periodismo” de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Costa Rica para aprender de su experiencia.

Comparte la RRR  y toma como ejemplo el proceso de producción que culminó en el trabajo audiovisual que le dio el premio Emy. Lo desmenuza, como se desmenuza un pollo antes de hacer la sopa.

Primero, se dio cuenta que el “área metropolitana” (unidad administrativa en Estados Unidos) con mayor cantidad de inmigrantes era Gainesville, Georgia. Ahí seis de cada diez personas son inmigrantes.

Segundo, supo que Trump había ganado abrumadoramente y que los demócratas no ganaban desde hace 40 años.

Tercero, descubrió que ese lugar se conoce como “la capital del pollo” porque de ahí sale la mayoría de pollo que se come en Estados Unidos, gracias al trabajo de inmigrantes.

Cuarto, en el Condado Hall, donde está Gainesville, los policías locales hacen las funciones de los agentes de inmigración por lo que pueden detener a una persona inmigrante por no tener licencia.

El caldo para esta historia tenía los ingredientes necesarios. Era el momento de ofrecerla en la mesa de asignaciones  de Univision. Ahí se le vio el potencial para hacer el “mini doc” que resultó premiado.

Financiar sin estar en un medio

Nos hablan (y hablamos a nuestros estudiantes) de hacer historias diferentes, de usar los datos como herramienta de reporteo, de publicar en plataformas digitales reconocidas, de hacer trabajos multimedia.  Sin embargo, ¿Cómo incursionar  en el periodismo con esa receta y ganar plata para vivir, pagar impuestos y sostener  las finanzas personales?

Antes de responder, Ronny recuerda lo básico: echarse un buen cuento. Hay que proponer una historia no contada, sólida y con proyección que interese más allá de las fronteras nacionales. Esto sale de un ejercicio de “pre-reporteo” responsable que permite ver los puntos débiles de antemano.

Eso sí, luego viene la pregunta: ¿A quién proponerla? Ronny hace un “goteo de nombres” de organizaciones y personas de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa interesados en financiar historias.

Recomienda también participar en cuanto encuentro o conferencia periodística haya para conocer colegas, saber de sus iniciativas y palmar directamente hacia donde apunta la creatividad periodística. Hay becas para participar en estas actividades pero también es posible que tres periodistas se junten y paguen un Airbnb, sugiere Rojas para evitar las excusas: “¡Es caro!”.

La RRR también apunta a “embarcarse en proyectos colaborativos” no solo con pares periodistas sino también con profesionales que vienen del diseño gráfico, del mundo audiovisual, de la estadística y de la ingeniería de sistemas. ¡Son fundamentales para que “me limpien los datos”!, explica Rojas quien a la vez recuerda los aportes de Rigoberto Carvajal desde tiempos de La Nación.

Rojas dice que como rutina diaria hay que leer lo que la gente de afuera está haciendo. Opina que en Costa Rica, pocos medios digitales realizan esa tarea innovadora. Destaca eso sí,  La Voz deGuanacaste que cuenta con el apoyo económico de un estadounidense que se enamoró de las playas de Nosara y vio la necesidad de un medio digital del que ya hablan fuera de las fronteras ticas.

Ronny Rojas, nacido en la zona de Los Santos, reconoce también que hacer periodismo en el exterior  se logra con al apoyo de otra gente. Por eso, desde el inicio de su conversación, menciona a  la hoy directora de una maestría de datos en la Universidad de Columbia en Nueva York, Gianina Segnini quien fuera su editora durante su paso por el periódico La Nación. Rojas también ha incursionado como profe de “perio” en  Craig Newmark Graduate School of Journalism en la Universidad de la Ciudad de New York.

 

domingo, 4 de octubre de 2020

El sudor comunica ( y lo dice el Papa)

Me gusta eso que el Papa Francisco vea en la transpiración, una pieza de la comunicación humana. El sudor sin duda forma parte de la condición misma de las personas y como el mismo Papa escribe, “eso habla”.

Uno suda en muchos momentos cotidianos de la vida y en lugar de perfumar siempre esa humanidad, al igual que el Papa, hay que exaltarla cuando de definir la comunicación se trata. Y no solo eso, sino también ver la transpiración como un referente al conversar cara a cara,  actividad por cierto, venida a menos en tiempos de pandemia.  

No es gratuito que mucho se ha investigado sobre la manifestación del sudor como significado de pasiones eróticas, situaciones de estrés y liberación de felicidad. Este Papa escudriña para llegarle a los detalles que permiten conectar con la vida de las personas y a la vez, con definiciones de asuntos estratégicos de esta coyuntura como la comunicación real versus la virtual.

Por geografía, sudamos en América Latina al igual que sudan los nórdicos europeos; por religión, los islámicos y hasta los judíos ortodoxos; y por los simplismos ideológicos: los pobres y los ricos.


La misma persona que la Revista Time le dedicó una portada con la frase: “el Papa de la gente”, piensa que: “Hacen falta gestos físicos, expresiones del rostro, silencios, lenguaje corporal, y hasta el perfume, el temblor de las manos, el rubor, la transpiración, porque todo eso habla y forma parte de la comunicación humana”.

En la encíclica: “Todos hermanos”, el Papa contrasta la comunicación entre las personas con las relaciones digitales que  si bien tienen apariencia de socialibilidad, éstas últimas no alcanzan para unir a la humanidad.

Qué en una encíclica se aborden las partes valiosas de la comunicación interpersonal aporta significado en sí mismo para quienes compartimos esos contenidos con estudiantes que a veces solo han vistos en los “clicks” y en los “likes” una manera de reaccionar ante otras personas. Y ahora Francisco nos pone a sudar más de la cuenta, al momento de dar clases de Comunicación y explicar esa diferencia.

domingo, 29 de marzo de 2020

Hablar pero hablar mejor


En los tiempos del post-COVID



En medio de la emergencia sanitaria del 2020, Édgar Silva me acompañó entonces a la clase virtual con los estudiantes limonenses del curso Comunicación para Otras Carreras que se imparte, ahora a distancia, en la sede Caribe de la Universidad de Costa Rica.

Pasamos un rato bonito y también aprendimos mucho del colega quien  con más de un cuarto de siglo, ha demostrado que la palabra hablada es una herramienta para que la gente viva mejor
“Yo soy el único responsable al momento de hablar”, sentenció Silva. Es decir, es inválido excusarme en el “¿Me entendió?”. A partir de ahora, esta generación de universitarios tendrá en mente, primero, “el ¿Me di a entender?”
Los mensajes provocan más y mejor cambio si primero salen del corazón y luego, pasan por la cabeza. Esto quiere decir que las emociones además de memorables, favorecen más fácilmente los cambios de actitud que es en última instancia lo que persigue la comunicación interpersonal, sea cara a cara o a través de algún chunche mediático.
Debo escarbar, como una gallina (le agregaría yo), en las características del público al que me dirijo. No se trata de tener personalidad múltiple pero sí urge nivelar mis palabras a mi audiencia. Los tecnicismos del mundillo académico deben quedarse ahí escondidos y dar pie, a la fluidez cotidiana con la que las personas se volverán a comunicar, luego del COVID, en la parada, el mercado, los pasillos de la U, la iglesia, el bar.
La velocidad con la que hablamos debe ser un referente consciente de cada uno. “Lo importante decirlo des- pa – cio”, nos recomienda Édgar.

Aunque es periodista, Silva recuerda que al hablar no doy información sino primero trato de conectar con la otra persona. Si no lo logro, de nada sirve que mi mensaje sea el mejor, el más completo, el más novedoso.  Conectar implica también verse a los ojos, mover las manos, darle vida al cuerpo.
Sin duda cuando pase la emergencia del COVID-19, vale la pena  pulir nuestra comunicación interpersonal y poner en práctica los consejos de Édgar (quizás algunos ya aplican para la obsesiva oleada de audios de guasaps).

miércoles, 26 de febrero de 2020

ACCIÓN SOCIAL desde la docencia


Cuando di mis primeros pasos como docente hice de la gira y las visitas de campo, una actividad propia delaula y  un recurso didácticoimprescindible.

Mayoritariamente hemos visitado los Pueblos Indígenas, bribris, cabécares, térrabas y chorotegas sin embargo, también compartimos con personas afrodescendientes, gente con VIH y  mujeres trabajadoras del sexo.
Es decir, siempre han sido grupos organizados con algún tipo de vulnerabilidad y sobre los que giran estereotipos sea ya sea porque la gente  habla en la calle o porque los medios y las redes sociales los reproducen.
Hemos hecho talleres de capacitación para redactar comunicados de prensa con el Pueblo Térraba, también se ha recogido la percepción de esa comunidad del sur del país sobre los medios de comunicación particularmente en una coyuntura en la que estimaba la construcción de una hidroléctrica que inundaría parte de su territorio.
En Matambú, único territorio del Pueblo Chorotega, hemos generado un modesto diagnóstico de comunicación para potenciar un negocio familiar que aspira  a que esa comunidad guanacasteca sea un destino turístico para nacionales, extranjeros y estudiantes.

Esa experiencia también ha quedado documentada en varias entregas de radio que se hicieron desde la cabina de la radioemisora 870UCR que está ubicada en Liberia en la Sede Guanacaste de la UCR.
Hemos visitado el territorio Talamanka- Kekoldi en el Caribe. En Shiroles, Suretka y Amubri, mis estudiantes han contado historias sobre mujeres emprendedoras, jóvenes trabajadores que sacan la secundaria, mujeres adultas que rescatan las tradiciones, vecinos que impulsan la enseñanza del bribri… Gracias al proyecto de Trabajo Comunal Universitario TCU que apoyar la radioemisora La Voz de Talamanca en Amubri, a cargo del docente Marvin Amador,  hemos unido esfuerzos para mis estudiantes también acompañen y participen de actividades propias de este TCU de la Escuela de la Escuela de Comunicación. 
En todas estas situaciones comunitarias se generaron productos comunicacionales como carteles, mantas y también participaciones radiofónicas para compartir los hallazgos en las radioemisoras Casino en Limón y Sideral de San Ramón de Alajuela
Estudiantes de la Sede Caribe generaron el programa de radio “Identidad Siete” que narra sus experiencias al visitar lugares emblemáticos de su provincia.
En la sede Occidente, los estudiantes emularon esa iniciativa limonense y generaron contenidos sobre la vida comunitaria en los cantones occidentales del valle Central.  
En San José, los estudiantes apoyaron las líneas de trabajo de la organización la Sala, de trabajadoras y extrabajadoras del Sexo mediante la producción de mensajes que promovieran el cuidado de su salud, el lanzamiento de una iniciativa de ley para proteger sus derechos, la promoción de algunas actividades económicas para fortalecer sus finanzas, entre otras actividades.
También en el área metropolitana en alianza con el curso Comunicación Inclusiva, impartido por la profesora Yanet Martínez, se acompañó un diagnóstico para el programa de pares entre personas VIH que funcionó en el Hospital Calderón Guardia.

Gracias a la gestión de la entonces directora Carolina Carazo , se sembró la semilla para que el curso de Comunicación Inclusiva cuyo programa inicial escribimos a finales de la década anterior quedara incorporado como un curso obligatorio en la malla curricular del plan de estudios 2012 del énfasis de Comunicación Social. Ese curso de Comunicación Inclusiva planteó desde sus orígenes está lógica de incorporar la vida de comunidades vulnerables, un acercamiento que fue potenciado posteriormente por el profesor Miguel Regueyra y quienes continuaron impartiéndolo.
Además de recoger información e investigar, poco a poco fuimos incorporando una lógica para devolverle a las comunidades ese aprendizaje compartido. Esto es lo que más ha costado.
Durante 15 años las aulas han implementado iniciativas de Acción Social gracias al entusiasmo estudiantil y personas que han creído en nosotros
Sara Mayorga  y Rommel Vargas del Pueblo Cabécar
Juan Carlos Gómez de Radio Casino
Las periodistas limonenses Tatiana Saenz y Leidy Jackon
Danilo Layan de Radio La Voz de Talamanca
Ezequiel Aguirre de Matambú
Carlos Minnot (Q.D.D.G), del Pueblo Afrodescendiente
Nubia Ordoñez  y Grettel Quirós de Asociación La Sala
Faustina Torres y Edith Villanueva de la Asociación Comisión de Mujeres Indígenas de Talamanca
Yadira Martinez del programa de pares VIH  del Hospital Calderón Guardia
Paulino Nájera  Rivera de Térraba

lunes, 3 de febrero de 2020

Mesa 1772: Central, Primero, Alajuela


¡Qué hijueputa montón de partidos” dijo doña Celina al recibir las tres papeletas de la elección municipal del 2020 en la mesa 1772: Cantón Central, Distrito Primero, Provincia Alajuela.
Ella llegó al Instituto de Alajuela vestida de blanco como una paloma, sostenida por un bastón y con sus mejillas bien coloreteadas que resaltan  aún más, gracias  a un pelo blanco acolochado…  La muchacha que hacía de guía del Partido Liberación Nacional la esperaba en la puerta mientras ella, de fijo, votaba ese partido que resultó ganador al final de la jornada, y como casi siempre, no era el mío.
Es una muestra masoquista de ganas de joderse hacer de miembro de mesa en una jornada que inicia a las 5 de la mañana con una tula de varios kilos a cuestas y hasta las 9 de la noche  cuando se entrega, requetecontado, todo el material electoral.
Si usted sale a orinar hay que anotar la  “incidencia”,  a uno le duele la cintura de estar sentado, no sabe si es hambre o alguna pasada estomacal por la falta de movimiento mientras apretan los calores y  el sol de febrero. Uno tiene que procurar los silencios para controlar las ganas de despotricar cuando oye: “recuerde que decidimos no usar el celular”, “el cafecito mejor se lo toma en el rincón”, “no se atrase con la firma”.  Al inicio llegás cargado de inseguridades con la gente del partido contrario, sentimiento que como el síndrome de Estocolmo, pasa hacia un letargo de amiguismo bárbaro.
También pasaron varios Chacón: primero, el exmagistrado Francisco, de camisa a cuadros verde y blanco. Luego, la exdiputada doña Leticia. Ella, papeleta en mano, iba a salir de la junta electoral  antes de votar en busca de los anteojos. Hubo que frenarla.Pidió una silla para para hacerlo tranquilamente. También  Don Roberto quien se acercó a la urna y como vio complicada la cosa, prefirió devolverse con las papeletas abiertas, para que su hija le ayudara. Afortunadamente no las había marcado. Son toda una generación grande de alajuelenses que sigue dando muestras de civismo en un proceso electoral donde el abstencionismo gana.
Pollo Macho, reconocido alajuelense cuyo apellido también empieza con la “Che”, no se asomó. Fue uno de los 455 alajuelenses a los que el Tribunal le imprimió papeleta en esa mesa en la que estaban inscritas 709 personas, y ahora el papel deberá reciclarse sin haberse usado... Sí, en esa mesa, apenas votó el 36% de la gente que estaba inscrita.
Eso sí, ahí apareció  en pantaloneta el expresidente de la Corte, Carlos Chinchilla. También desfiló  aquel empresario Chanto que cuando el Banco Anglo cerró, ostentó en los noventas, el título de ser uno de los principales deudores.
Una vez destapada la piñata de los votos,  me retumbó, aquel mismo hijueputazo de doña Celina. Pero es un hijueputazo cargado de civismo, renovado por el compromiso de quienes la pulsearon y no ganaron, y ante todo, un premio por compartir  una jornada con quienes seguimos creyendo en  el poder de tiquicia.