Soñar una comunidad limpia lo mueve a uno a recoger los desechos que los vecinos sacan de sus casas: televisores (incluidas pantallas planas), juguetes, sillones, lavadoras y por supuesto, inodoros.
Guantes en mano y gente con la misma aspiración, la recolección de desechos no tradicionales fluye en La Fortuna de San Carlos (costa Rica).
Estamos escudados eso sí, en el trabajo coordinado de organizaciones como la Asociación de Desarrollo (y el comité Bandera Azul), el Ministerio de Salud, el acueducto comunitario y la Municipalidad.
El cuido del ambiente empieza por la limpieza de nuestras casas.
Pero más que “soñar” con un
país y un planeta limpio, lo importante apunta al ” hacer” día a día desde mi
propia realidad… pero bueno, meterle un poco de poesía e ilusión a la vida, quizás
sea ese motor necesario para alinearse con el consumo responsable que hacemos hoy
en el súper o la tienda.
El colega que maneja el camión del Acueducto, entre parada y parada para recoger lo que encontramos en la acera, me cuenta que hace dos meses y también hace cuatros meses atrás, la cantidad de chunches era la misma en los mismos lugares.
Uno se pone a pensar si la práctica de limpiar las casas va aparejada del cambio de comportamiento…
Deshacerse de chunches innecesarios (“chunche” en Costa Rica significa cosa) es solo el primer paso para convencerme que a partir de ahora, compraremos solo lo necesario.
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