domingo, 22 de marzo de 2009

Un pueblo con dignidad


El Salvador hizo el cambio con dignidad a pesar de tener los medios de comunicación en contra, menos plata, un gobierno hablando permanentemente mal de la oposición y una lluvia cargada de estereotipos.

Pero la cosa apenas empieza. Habrá que demostrar que se puede caminar por la ruta de la reconciliación y del respeto a la diferencia.

Es hora de dar el buen ejemplo que exige la democracia pluralista. Habrá que apoyar en serio a la gente del campo, al trabajador informal que vende en las calles y a las personas jóvenes que urgen cambios. No podrán olvidarse tampoco de quienes generan riqueza desde las empresas.

Hay dudas si ganó el candidato o el partido. Hay dudas de la relación que ambos mantienen. También hay dudas sobre los compromisos de campaña con los que llegan al poder. Hubo un financiamiento poco claro, una práctica nada envidiable que durante 20 años también ejerció el partido gobernante en sus cuatro períodos hasta ahora interrumpidos. Tendrán que legislar para enmendar.

Más allá de cualquier inquietud, sobre todo hay una admiración rebosante de nostalgia porque la gente de El Salvador ahora podrá empezar a secarse las lágrimas. Por fin los votos inspiran y les dan confianza aunque el dolor nunca se olvida.

¡Ojalá los centroamericanos tengamos pronto un obispo mártir santo y un grupo dignificado de jesuitas que desde arriba derramen las bendiciones por las más de 30.000 mil almas que al igual que sus vidas fueron calladas por la represión!

Ahora llegó el momento de la “verdadera reconciliación”, como dijo mi amiga y colega salvadoreña Irma ese histórico 15 de marzo cuando la tendencia electoral era irreversible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho el artículo sobre las elecciones el pasado domingo en El Salvador.. Yo.

julia dijo...

El obispo mártir ya es santo, lo nombre o no el Vaticano.

Hermoso texto, Ale. Siento lo mismo.